Epidemiologia-Vacunatorio-H.S.J.B

Definición de Vacuna

 

La vacuna es un preparado que se basa en microorganismos (muertos, debilitados o vivos) como bacterias, hongos, parásitos y, en forma mas limitada, virus o rickettsias; que se administra a una persona para prevenir, atenuar o tratar las enfermedades infecciosas.

La vacuna se administra para producir en el receptor inmunidad contra un microorganismo en particular. La gente en general está constantemente expuesta a gérmenes productores de enfermedad (en el aire, en los objetos, en los alimentos y en el sexo).

El propósito de las vacunas consiste en estimular los naturales mecanismos de defensas de los organismos para que produzcan anticuerpos contra un germen en particular. En caso de que la persona vacunada sea atacada por el germen, el cuerpo está preparado para hacerle frente. Los riesgos son menores, puesto que la cantidad de gérmenes usados en la vacuna y el tiempo de exposición están cuidadosamente controlados.

Gracias a la inmunización por medio de la vacunación se ha logrado erradicar enfermedadescomo viruela, la poliomielitis, hepatitis, etc. Por lo general, una vacuna proporciona protección para el resto de la vida.

Puesto que algunas afecciones requieren la exclusión de una o mas vacunas, la persona debe consultar al médico en cuanto a cuales debería recibir ella o a sus hijos (si se trata de ellos), en que orden y a que edades.

Las vacunas producen a veces algunos efectos secundarios indeseables, como dolor en la zona de aplicación, algo de fiebre y erupciones ocasionales, pero pasan pronto. Sin embargo, algunas personas presentan una mala cicatrización originándoles un queloide, que con el tiempo crece más.

La primera vacuna fue descubierta por el médico inglés Edward Jenner en 1798, éste descubrió que al utilizar el virus de la viruela de las vacas en los humanos, éstos quedaban inmunizados frente a la viruela humana. Es por eso que el término vacuna proviene del latín vaccinus, que es perteneciente o relativo a las vacas, de vacca (vaca).

No todas las vacunas son iguales, existen de diferentes tipos, tales como de microorganismos vivos atenuados o debilitadosde microorganismos enteros inactivados; de componentes, o fracciones, atóxicos, de bacterias o virus: toxoides, polisacarídicas, de subunidades proteicas, conjugadas (proteínas y polisacáridos), recombinantes (de ácidos nucleicos o ADN); y vacunas combinadas.



La vacuna antigripal está indicada anualmente para prevenir complicaciones y muertes por gripe en grupos de riesgo. Estará disponible de manera gratuita y obligatoria en hospitales y centros de salud públicos de todo el país.

La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año.

Los síntomas suelen aparecer a las 48 horas de efectuado el contagio y la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, la infección puede conllevar graves complicaciones, y poner en riesgo la vida.



Lanzamiento de la campaña antigripal 


IMPORTANTE


Falsas afirmaciones sobre las vacunas

Las vacunas son un método tradicional de generación de prevención y un pilar del enfoque de la salud pública. Desde su creación hace más de 200 años han logrado erradicar enfermedades, como la rubéola. Aún así, esta estrategia sanitaria continúa siendo cuestionada por distintos sectores.

En la Argentina, existe un calendario oficial y se propone la obligatoriedad de su aplicación, pero días atrás, se dio a conocer un proyecto de ley que propone modificar este concepto.

El análisis sobre la necesidad de las mismas y su repercusión muchas veces sienta sus bases alrededor de mitos carente de justificación científica. Por tal motivo, la Organización Mundial de la Salud realizó un comunicado con la intención de finalizar con algunos de estos argumentos.

 

Mito 1: Las mejores condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades; las vacunas no son necesarias. FALSO

Si bien la mejor higiene, el lavado de las manos y el agua potable contribuyen a proteger a las personas contra enfermedades infecciosas, muchas infecciones se pueden propagar independientemente de la higiene que mantengamos. Si las personas no estuvieran vacunadas, algunas enfermedades que se han vuelto poco comunes, tales como la poliomielitis y el sarampión, reaparecerían rápidamente.

Mito 2: Las vacunas conllevan algunos efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aún no se conocen. Más aún, la vacunación puede ser mortal. FALSO

Las vacunas son muy seguras. La mayoría de las reacciones vacunales son generalmente leves y temporales, por ejemplo, un brazo dolorido o febrícula. Los trastornos de salud graves, que son extremadamente raros, son objeto de seguimiento e investigación detenidos. Es más probable padecer un trastorno grave por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna.

 

Mito 3: Las enfermedades prevenibles mediante vacunación están casi erradicadas en mi país, por lo tanto no hay motivos para que me vacune. FALSO

Si bien las enfermedades prevenibles mediante vacunación son actualmente poco comunes en muchos países, los agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en algunas partes del mundo.

Mito 4: Las enfermedades de la infancia prevenibles mediante vacunación son algo inevitable en la vida. FALSO

 

Las enfermedades prevenibles mediante vacunación no tienen por qué ser “algo inevitable en la vida”. Enfermedades tales como el sarampión, la parotiditis y la rubéola son graves y pueden acarrear importantes complicaciones tanto en niños como en adultos, por ejemplo, neumonía, encefalitis, ceguera, diarrea, infecciones del oído, síndrome de rubéola congénita (si una mujer contrae rubéola al principio del embarazo) y defunción. Todas estas enfermedades y sufrimientos se pueden prevenir mediante las vacunas. Los niños no vacunados contra estas enfermedades quedan innecesariamente vulnerables.

Mito 5: La administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar en los niños el riesgo de efectos secundarios nocivos, que a su vez pueden sobrecargar su sistema inmunitario. FALSO

 

Las pruebas científicas revelan que la administración simultánea de varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre el sistema inmunitario del niño. Los niños están expuestos cotidianamente a cientos de sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmunitaria. El simple hecho de ingerir alimentos introduce nuevos antígenos en el organismo, y numerosas bacterias viven en la boca y la nariz. Un niño está expuesto a muchísimos más antígenos como consecuencia de un resfriado común o una faringitis, que por las vacunas. Las principales ventajas de la administración simultánea de varias vacunas es que requiere menos consultas ambulatorias, lo que permite ahorrar tiempo y dinero y aumenta las probabilidades de que los niños completen el calendario de vacunación recomendado. Además, la posibilidad de recibir una vacunación combinada, por ejemplo, contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, supone menos inyecciones.

Mito 6: Es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas. FALSO

Las vacunas interactúan con el sistema inmunitario para producir una respuesta similar a la que produciría la infección natural, pero no causan la enfermedad ni exponen a la persona inmunizada a riesgos de posibles complicaciones. En cambio, el precio de la inmunización por infección natural podría ser el retraso mental provocado por Haemophilus influenzae tipo b (Hib), defectos congénitos debidos a la rubéola, cáncer del hígado derivado del virus de la hepatitis B, o muerte por sarampión.

Mito 7: Las vacunas contienen mercurio, que es peligroso. FALSO

El tiomersal es un compuesto orgánico con mercurio que se añade a algunas vacunas como conservante. Es el conservante más ampliamente utilizado para las vacunas que se suministran en ampollas de dosis múltiples. No hay pruebas científicas que sugieran que la cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas entrañe un riesgo para la salud. Fuente: iprofesional

 

Qué vacunas necesitan los preadolescentes y adolescentes


Asesoramiento: Dr. Daniel Stamboulian, MN 25441


Aunque los bebés y los niños suelen recibir todas sus vacunas, no suele ocurrir lo mismo cuando crecen. Para estar protegidos, es fundamental recibir los refuerzos correspondientes, completar esquemas o recibir las dosis necesarias desde la preadolescencia, y durante toda la vida.

Las coberturas vacunales en preadolescentes, adolescentes y adultos son bajas, incluso con inmunizaciones que deben administrarse por única vez o que están incluidas en el Calendario Nacional. Además, durante la preadolescencia se observa una mayor resistencia en niños y niñas a concurrir a la consulta médica. Por eso, es importante que los padres tengan conocimiento de cuáles son las vacunas recomendadas para esa etapa. Es clave consultar al médico y estar informados para evitar el contagio de enfermedades inmunoprevenibles, muchas de las cuales pueden tener serias complicaciones e, incluso, provocar la muerte.
Las vacunas que están dentro del Calendario Nacional de Vacunación son gratuitas en hospitales y vacunatorios del sector público, siempre que se administren en las edades señaladas; también pueden recibirse en el sector privado según indicación médica.

A los 11 años


· Hepatitis B. Si no hay antecedentes de vacunación, se recomienda iniciar o completar el esquema de tres dosis. Esta vacuna tiene recomendación universal en Argentina, es decir, está indicada para todos los grupos etarios.

· Sarampión, rubéola y paperas. Quienes no se vacunaron deben iniciar o completar el esquema de dos dosis con la vacuna triple viral. Se administra para prevenir el contagio y complicaciones de estas patologías y puede incluso evitar las complicaciones en el embarazo.


· Meningococo. Este año la Argentina recomendó la incorporación oficial a su Calendario de la vacuna conjugada que protege contra la bacteria Neisseria meningitidis (A, C, Y, y W135) causante de la enfermedad meningocócica que puede dejar secuelas graves como sordera, amputaciones y llevar a la muerte. La recomendación contempla a los lactantes y a los adolescentes.


· Difteria, tétanos, pertussis. A esta edad se indica el refuerzo con la vacuna triple bacteriana acelular (Tdap) que previene estas tres infecciones graves. Los refuerzos cada diez años son esenciales, ya que la protección disminuye con el tiempo.


· Virus del papiloma humano (VPH). Se indica iniciar el esquema a los 11 años para prevenir esta enfermedad que causa más del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero. Es importante completar el esquema.


· Fiebre amarilla. El refuerzo a los 11 años de edad sólo se indica en Calendario para quienes viven en zonas con alto riesgo de transmisión y recibieron la vacuna a los 18 meses de vida.

A partir de los 15 años

· Fiebre hemorrágica argentina. Se indica una dosis a residentes o trabajadores sólo en zonas de riesgo.

A partir de los 18 años

· Hepatitis B. Quienes no la recibieron deben iniciar o completar el esquema de tres dosis. Esta vacuna no sólo protege contra esta grave infección hepática, sino que también previene sus serias complicaciones: la cirrosis y el cáncer de hígado.

· Difteria y tétanos. Durante toda la vida se debe recibir un refuerzo cada diez años de la vacuna doble adultos (dT). Asimismo, este grupo puede considerar la vacuna Tdap.


· Sarampión y rubéola. Iniciar o completar esquema con la vacuna doble viral (SR).

Adolescentes con factores de riesgo

· Antigripal. Indicada para aquellos con diabetes, enfermedades respiratorias, cardíacas, insuficiencia renal crónica en diálisis, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, personas obesas. Se indica una dosis todos los años.

· Neumococo. Hay dos vacunas: la polisacárida 23 valente (PPV23) indicada en adolescentes con riesgo de enfermedad invasiva por neumococo (enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, diabetes, insuficiencia renal crónica, síndrome nefrótico, asplenia, inmunodeficiencias, cáncer); y la antineumocócica conjugada 13 valente que se indica a personas inmunocomprometidas, además de la 23 valente.

Vacunas opcionales

Hay inmunizaciones que, si bien no están incluidas en el Calendario y, por tanto, sólo se aplican en el sector privado, se aconsejan en esta etapa de la vida, ya sea para quienes no las recibieron oportunamente o para quienes tienen factores de riesgo específicos. Son las que protegen contra las siguientes patologías:

· Meningococo. La pueden recibir los adolescentes que no la recibieron previamente. La enfermedad se contagia entre personas y es más frecuente en comunidades cerradas como campus universitarios u otras residencias estudiantiles. También se indica esta vacuna a viajeros que se dirijan a zonas de riesgo.

· VPH. Para las mujeres entre los 9 y los 45 años para prevenir el cáncer de cuello de útero, de ano, vulva, vagina y ano; y los varones entre los 9 y 26 años para la prevención del cáncer de pene y de ano. La vacuna también previene la aparición de verrugas genitales. 


· Varicela. Para todos los adolescentes sanos, si no se detectan anticuerpos antivaricela en análisis de sangre. Se indican dos dosis una vez en la vida.


(*)Acerca del Dr. Daniel Stamboulian
Médico infectólogo. Presidente de Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) y de Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries (FIDEC). Expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología y de la Asociación Panamericana de Infectología.

                        Vacuna BCG: un arma poderosa contra la tuberculosis

A pesar de los múltiples esfuerzos realizados mundialmente para erradicar la tuberculosis, elPROBLEMA persiste. Sin embargo, en los países o regiones donde la probabilidad de contraerla es muy alta, la vacuna BCG dada a los recién nacidos constituye una medida preventiva importante para reducir en un 80 por ciento los riesgos de desarrollo de la enfermedad en los niños.

La vacuna de la tuberculosis fue inventada por los epidemiólogos Albert Calmette y Camille Guérin, por lo que se llama también vacuna BCG (Bacilo de Calmette y Guerin). Los científicos franceses comenzaron sus investigaciones en 1906 y las concluyeron quince años más tarde, en 1921, venciendo los obstáculos de la Primera Guerra Mundial.

La vacuna consiste en un preparado en el que se usan bacilos de tuberculosis (de Koch) atenuados (atontados), incapaces de provocar la enfermedad, pero capaces de estimular las defensas del cuerpo. Esta vacuna se coloca con una inyección en el hombro derecho de los niños, y da una protección parcial contra la enfermedad.

El bebé debe ser vacunado poco después de nacer, antes de salir del hospital de maternidad. La BCG no evita la infección tuberculosa, lo que hace, en caso de infección, es favorecer el control de la enfermedad en un 80 por ciento. Es decir, a pesar de sus limitaciones, es muy importante porque evita que el bacilo de Koch -germen causante de la tuberculosis- se disemine por la sangre a todo el organismo. Si esto sucediera, puede producir, por ejemplo, meningitis, enfermedad que puede llevar a la muerte o dejar secuelas muy graves en el organismo.

Alrededor de la mitad de los hijos de madres afectadas por tuberculosis activa desarrolla la enfermedad durante el primer año de vida si no reciben tratamiento con antibióticos o si no se los vacuna. En los países como Estados Unidos o Canadá, donde la tuberculosis se encuentra bajo control no se aplica la BCG de manera sistemática a los bebés. Por el contrario, en las naciones donde las condiciones de vida precarias exponen más a la difusión de la enfermedad, las autoridades sanitarias contemplan planes de vacunación obligatorios y gratuitos.

La mejor forma de prevenir la tuberculosis es detectar fuentes de infección y evitar el contagio de la población. Si se lograra diagnosticar y tratar a tiempo a todos los enfermos, se erradicaría el mal y no haría falta vacunar. Por el momento, un buen plan de control de la tuberculosis debe incluir los planes de vacunación al recién nacido, y la búsqueda y tratamiento eficaz de las fuentes de infección.


LA BCG Y SU APLICACIÒN


Para que la eficacia de la vacuna sea óptima, es preciso elaborarla siguiendo las normas de la OMS, efectuar los controles de calidad específicos, conservarla de forma adecuada y administrarla en dosis suficientes por vía intradérmica.

Según figura en las normas del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis, en la Argentina, deberá ser vacunado con la BCG todo recién nacido a término, cualquiera sea su peso, y todo niño prematuro con 2 kg. o más, antes del egreso de la maternidad. Se prevee una revacunación (y última) a todos los niños al ingreso escolar, sin prueba tuberculínica previa.

La vacunación está contraindicada en caso de:

  • Enfermedades con grave compromiso del estado general.
  • Niños con afecciones generalizadas de la piel.
  • Enfermedades infecciosas (especialmente sarampión y varicela).
  • Inmunodepresión congénita o adquirida. Ejemplo: Wiscott Aldrich, VIH (+) sintomático, afecciones proliferativas malignas, etc.
  • Tratamiento prolongado con esteroides o drogas inmunodepresoras (cuando se administran por un mes o más, debe ser consultado con un especialista).

Una vez superadas estas circunstancias se debe realizar la vacunación. No existe inconveniente en administrar simultáneamente la vacuna BCG con otras vacunas.

La dosis a administrar es 0,1 ml en todas las edades, a pesar de lo que pueda indicar el prospecto. La aplicación correcta de la vacuna se hace en la línea media de la cara externa del brazo derecho y requiere de una técnica y preparación especial para lograr su efectividad.

Habitualmente la lesión de la vacuna evoluciona de la siguiente forma: la pápula de aspecto puntiagudo como cáscara de naranja que se produce en el momento de la vacunación desaparece rápidamente. A partir de la segunda semana comienza a desarrollarse en el lugar un pequeño nódulo que llega a su máximo tamaño (alrededor de 10 mm) hacia la cuarta semana, en la que aparece una costra que luego se desprende dejando una pequeña úlcera. Esta puede supurar hasta dos o tres meses, al cabo de los cuales queda una cicatriz plana y blanquecina, ligeramente deprimida, de 4 a 7 mm de diámetro.

Debe mantenerse laLIMPIEZA de esa zona con agua y jabón. No deben aplicarse antisépticos ni apósitos. Tampoco deben hacerse curaciones que entorpezcan la evolución normal de la vacuna. En algunas circunstancias, la cicatriz puede elevarse ligeramente por encima del plano de la piel, constituyendo la denominada cicatriz hipertrófica.

Efectos adversos

En general, las complicaciones son regresivas, sin secuelas. Los factores más frecuentemente responsables de estas complicaciones son defectos en la técnica de aplicación: mayor profundidad de la inyección o exceso de dosis.

Las variaciones de la evolución normal de la lesión de la vacuna más comunes y que pueden producir molestias son: úlcera grande y/o persistente y absceso; adenopatías locales (pueden ser axilares y/o supraclaviculares, del mismo lado de la vacunación); cicatriz queloide (dura y prominente). La mayoría evoluciona espontáneamente, pero ante cualquier duda consulte al médico.

¿Qué diferencia existe entre la prueba de la tuberculosis y la vacuna de la tuberculosis?

Mucha gente confunde la vacuna y la prueba de la tuberculosis. Existen diferentes procedimientos para realizar el examen de la tuberculina; sin embargo la prueba normalizada por la OMS en 1964 y admitida para su uso general es la intradermorreacción de Mantoux. Básicamente consiste en la inyección intradérmica de la PPD (Proteína Pura Derivada del bacilo) en la cara anterior del antebrazo. La PPD es un machacado de microbios muertos que se usa para saber si una persona ha estado alguna vez en contacto con el microbio de la tuberculosis. Su resultado se lee entre las 48-72 horas. Se dice que una prueba es positiva cuando el punto de la inyección se vuelve rojo y se endurece por más de 10 milímetros (un centímetro). Esto sucede cuando la persona tiene o tuvo el microbio de la tuberculosis.

La excepción la constituyen los sujetos vacunados con BCG, en los 10 años anteriores a la prueba, en los que se considera positiva la induración mayor o igual a 14 mm.

En los pacientes con infección por el VIH, independientemente de si están o no vacunados con BCG, toda induración igual o mayor de 5 mm se considera positiva.

Pacientes con tuberculosis pueden tener una reacción de Mantoux falsamente negativa en situaciones en las que existe cierto grado de inmunodepresión, especialmente en pacientes infectados por el VIH. En estos casos el profesional recurre a pruebas complementarias para el diagnóstico.

                   HEPATITIS B

En los países con alto riesgo, deberían ser incluidas en sus programas habituales de vacunación, por lo menos tres dosis de vacuna anti-HB. Para ello deben hacerse los correspondientes estudios de morbimortalidad y/o estudios serológicos especiales. Es muy importante también analizar la transmisión madre-hijo, mejorando al mismo tiempo la calidad de los partos.

El inconveniente histórico mundial de esta vacuna ha sido su alto costo, aunque en la actualidad, se ha logrado disminuir substancialmente debido a la incorporación en numerosos países.

Pasado y Presente:

1) La vacuna derivada de plasma, precursora de las actuales, se administró en más de 30 millones de personas. Actualmente ha decaído por el temor a la transmisión del virus del SIDA, aunque ésto en la práctica no es posible.

2) Las vacunas actuales, logradas por Ingeniería Genética, son lo más efectivo como prevención: utilizan el antígeno de superficie del virus B (HBsAg) depurado y se producen con ADN recombinante (rADN). El gen es insertado en una levadura que se reproduce conteniendo el HBsAg. Su cultivo y posterior purificación determina una vacuna altamente efectiva, que administrada en forma apropiada, induce protección en el 95% de los individuos.

Protege en forma indirecta contra la hepatitis D, porque la aparición de ésta última depende de una infección previa por hepatitis B.

La FDA norteamericana, reconoció el dicho de los CDC, expresando que es la primera vacuna anticancerosa; haciendo alusión a la alta probabilidad que tiene el infectado crónico de desarrollar un cáncer primario de hígado.

Conservación y Dosis

La cantidad de dosis puede variar con respecto a cada productor, pero tres son suficientes para dar tasas excelentes de seroconversión. Cada dosis es una suspensión liofilizada que contiene 5, 10 ó 20 µg; según sea la presentación pediátrica o de adultos según el fabricante. También existen algunas presentaciones de 40µg para inmunocomprometidos. Una vez reconstituida, cada dosis tiene 0,5 ml o 1 ml.

Conserva la potencia inmunogénica entre 24 y 31 meses desde la fecha de producción del laboratorio. Entre 22º y 25º la vacuna es estable durante 30 días, y entre 35º y 37º es estable durante 7 días. Esta vacuna no debe congelarse. El frasco multidosis, una vez abierto y conservado entre 2º y 8º, se podrá utilizar dentro de las 4 semanas.

Debe aplicarse en forma intramuscular: músculo deltoides en el niño y adulto, y cara anteroexterna del muslo en el lactante. No debe aplicarse en el glúteo por la menor absorción en este sitio. El frasco debe ser agitado antes de la aplicación.

La primera y segunda dosis deben estar separadas por un intervalo mínimo de 4 semanas. Es de preferencia un período más largo entre la segunda y tercera (6 meses); aunque hay esquemas rápidos de 0-1-2 meses: en estos casos se aconseja una cuarta dosis 6-12 meses después (estos esquemas se utilizan en personas con alto riesgo de exposición). De cualquier forma, los esquemas pueden completarse; no es necesario reiniciarlos. Las dosis varían en su concentración, según se indiquen a niños o adultos. Las vacunas disponibles son intercambiables entre sí.

# Dosis pediátrica: de 5 a 10 ug (según el laboratorio productor). Se administra hasta los 10 años inclusive.
# Dosis adolescentes: de 10 a 20 ug (según el laboratorio productor). Se administra hasta los 19 años inclusive.
# Dosis adultos: de 20 ug, a partir de los 20 años.

Puede administrarse en forma simultánea con las habituales del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) de la OPS. Si se aplica en el mismo brazo en adolescentes o adultos, debe respetarse una distancia mínima de 6 centímetros entre un sitio de inyección y el otro.

En hemofílicos puede administrarse en forma subcutánea, aunque con riesgo de producir induraciones por el compuesto de aluminio. En inmunodeprimidos o dializados, pueden ser necesarias más dosis. Puede administrarse en embarazadas en contacto con VHB, sin riesgos.

a) Recién Nacidos y lactantes: La primera dosis debe darse dentro de las 12 primeras horas de vida (en la maternidad). La segunda no antes de los 2 meses de edad y no más allá de los cuatro. La tercera, 6 a 18 meses después de la primera.

Pretérmino: Existe en estos bebés una deficiente seroconversión.
# Los prematuros con peso entre 1500 y 2000 gramos deben recibir la vacuna dentro de las 12 horas de vida. Sin embargo para este grupo será necesario agregar una dosis más; o sea: la de RN y luego a los 2, 4 y 6 meses de vida.
# En los prematuros con peso menor de 1500 g. se debe estudiar a la madre con HBsAg en las primeras 12 hs postparto. Si el resultado es negativo, el recién nacido debe ser vacunado a los 2, 4 y 6 meses. Si es positivo, se debe administrar al recién nacido la vacuna contra la hepatitis B dentro de las 12 horas de vida y gammaglobulina específica (HBIg) lo más precozmente posible, dentro de los 7 días postparto, en dosis de 0,5 ml.

b) Adolescentes: vacunación de rutina por ser un grupo de riesgo cierto.

c) Adultos: de acuerdo a riesgo.

 Nota : Existen presentaciones asociadas a otras vacunas (anti-Hib; DPT; anti-Hepatitis A; antipolio). Existen trabajos que afirman que estas combinaciones mejoran la respuesta inmunitaria.

 Nota importante: Si el intervalo entre dosis, por distintas causas, es más prolongado que el recomendado, no deben adicionarse dosis ni recomenzar el esquema sino continuarlo.

Grupos de Riesgo

 Personas con riesgo ocupacional (en la Argentina, el equipo de salud debe ser vacunado en forma obligatoria, por ley nacional 24.151, desde 1992). 

 Personal de instituciones cerradas: militares, policías, bomberos, pacientes psiquiátricos, residentes y personal de geriátricos, detenidos por períodos prolongados en centros correccionales, pacientes y personal de instituciones para discapacitados, menores y asistencia a drogadictos, personal forense y de servicios funerarios. 

 Pacientes hemodializados o enfermos renales crónicos (antes de iniciar tratamiento); politransfundidos; etc. 

 Pacientes tributarios de cirugía electiva con tiempo suficiente para la seroconversión. 

 Pacientes en lista de espera para transplante de órganos. 

 Personas con hepatopatías crónicas de otras etiologías. 

 Pacientes que reciben factores de coagulación en forma periódica. 

 Pacientes HIV. 

 Convivientes o pareja sexual de portador del virus de HB o personas con infección aguda. 

 Personas con riesgo de contaminación por vía sexual (heterosexuales, homosexuales o bisexuales con más de una pareja, prostitutas) o con antecedentes de haber padecido enfermedades de transmisión sexual (ETS). 

 Drogadictos endovenosos. 

 Adolescentes. 

 Viajeros internacionales hacia zonas de alto riesgo. China, el sudeste Asiático, África y la región Amazónica son las de mayor endemia (8 a 15 % de la población está infectada).

Inmunidad y Serología

Eficacia: La vacuna tiene una eficacia del 90 al 95 % para prevenir la infección por el virus de la hepatitis B en niños y adultos. Se requieren 3 dosis de vacuna para inducir una respuesta de anticuerpos protectores adecuados (en el 90 % de los adultos sanos y en más del 95 % de los niños y adolescentes).

Causales de menor respuesta: cantidad insuficiente de dosis; sitio de inoculación (en la nalga es muy baja la seroconversión); mayores de 40 años; sexo masculino; tabaquismo; obesidad; enfermedades crónicas; causas genéticas; inmunodepresión (seroconversión del 50-70%). En estos casos, pueden indicarse 1 ó más dosis luego del testeo de anticuerpos. 

El 10 % de los adultos no presenta respuesta de anticuerpos (títulos mayores a 10 mUI/ml) luego del esquema inicial de vacunación. Aquellas personas en situación de riesgo (ej: trabajadores de la salud) que no tengan respuesta luego de la aplicación de 3 dosis de vacuna antihepatitis B, deben ser revacunadas. Esta revacunación consiste en la aplicación de 1 a 3 dosis, preferentemente con una vacuna de marca comercial diferente a la aplicada previamente. Aquéllos que luego de la revacunación con 3 dosis permanecen negativos tienen alta probabilidad de no respuesta a un nuevo esquema.

Serología pre y post-vacunación: El test pre-vacunación no está indicado de rutina. Sólo está indicado para grupos con altas tasas de infección por el virus de hepatitis B: politransfundidos, drogadictos endovenosos, contactos familiares de portadores de hepatitis B, homosexuales y bisexuales activos con más de una pareja, equipo de salud que tenga una antigüedad mayor a 5 años en el trabajo y grupos de alto riesgo. 

El test post-vacunación tampoco se debe hacer de rutina, pero es recomendable en los siguientes casos: politransfundidos o hemodializados (test anual); recién nacidos de madre portadora y convivientes con portadores; equipo de salud; HIV; inmunodeprimidos; contactos sexuales de portadores VHB; equipo de salud con riesgo de exposición. El testeo de anticuerpos debe realizarse entre uno a dos meses después de la última dosis.

Contraindicaciones

 Hipersensibilidad a los componentes (algunas contienen timerosal).
 Alergia severa luego de la primera dosis (rara).
 Enfermedad aguda moderada o severa con o sin fiebre.

 Nota : Son falsas contraindicaciones el embarazo, lactancia o enfermedades autoinmunes.

Efectos Colaterales

Es una vacuna de muy buena tolerancia.

 Locales: Se presentan reacciones leves en el 3-9% de los vacunados; aunque son más evidentes en los adultos (13-29%): dolor, eritema, induración.

 Generales: leves y transitorias. Astenia, cefalea e irritabilidad en un 8 a 18%; fiebre mayor o igual a 37,7 ºC en el 0,4-8%; náuseas 2%; faringitis 1%; shock anafiláctico en 1 cada 600.000 dosis aplicadas en adultos (es raro en niños y adolescentes).

 Nota : No se han demostrado evidencias que esta vacuna pueda causar síndrome de Guillain-Barré, artritis reumatoidea o enfermedad desmielinizante del sistema nervioso central. Existen datos que descartan la asociación con muerte súbita del lactante, esclerosis múltiple, enfermedad autoinmune y síndrome de fatiga crónica.

Asociaciones

Existen varias asociaciones de esta vacuna:

  1. Con antihepatitis A (en presentación para adultos y pediátrica).
  2. Con Triple bacteriana (DPT) + Haemophilus = Quíntuple.
  3. Con Triple bacteriana celular (DPT) o acelular (DPaT) + Haemophilus + antipolio inyectable (VPI) = Séxtuple.

Tratamiento Post-Exposición

 Accidental: (exposición a sangre o fluidos: laboratorio, cirugía, pinchazos, violación, etc.) Debe intentarse determinar si la sangre que provocó la contaminación contiene VHB o HIV y actuar en consecuencia (en no vacunados o con esquema incompleto). 

Si el contacto es positivo y la persona que se accidentó no estuviera vacunada debe aplicarse la HBIG (0,06 ml/kg) lo antes posible. En el caso de niños insuficientemente vacunados (1 dosis) es preferible agregar HBIG y completar el esquema. Si tuvieran 2 dosis con un intervalo de más de 2 meses de la última dosis en los mayores de 6 meses, o más de 4 meses en los menores de 6 meses, completar el esquema de vacunación.

 Perinatal: preferentemente antes de las 12 horas posteriores al parto debe administrarse 0.5 ml de HBIG al RN (no superar las 72 horas). La vacuna puede administrarse antes de los 7 días de vida o simultáneamente con la HBIG (en lugares diferentes); luego completar el esquema. Por último, debe testearse la respuesta luego de 30-90 días de la última dosis. Si el resultado de laboratorio mostrara títulos menores de 10 mUI/ml, debe aplicarse una segunda serie preferentemente con otra marca de vacuna y realizar nuevo estudio 30 días después de finalizar la misma. En un 1 a 2 % de los casos esta conducta puede no ser efectiva por lo que se recomienda realizar estudio de HBsAg junto con los estudios de anti HBs al finalizar el esquema de vacunación. Si resultara positivo debe seguirse el estudio durante 6 meses para determinar si están infectados (portadores crónicos). Si se demuestra la portación antes de terminar el esquema, se debe suspender la vacunación. La lactancia materna no está contraindicada una vez iniciada la inmunoprofilaxis de estos bebés. 

 Nota: Debe insistirse en que se incorpore a los exámenes prenatales, el test para Hepatitis B; ya que puede ser decisivo para la salud del futuro bebé.

 Sexual: Debe recibir en forma inmediata una dosis de HBIG y en forma simultánea comenzar el esquema de vacunación. La aplicación de la gammaglobulina puede prevenir el 75 % de los casos, aunque su aplicación no debe exceder los 14 días del último contacto sexual para considerarla útil.

 Contactos: los convivientes de un caso agudo, menores de 1 año, deben completar el esquema de vacunación si tenían dosis aplicadas. Si no lo habían iniciado, deben hacerlo y además aplicarse la HBIG. Los mayores de 1 año, iniciar o completar el esquema de vacunación. 

La profilaxis con HBIg en otros miembros de la familia no vacunados no está indicada salvo contacto con sangre del paciente con infección (ej: lavado de dientes con el mismo cepillo de dientes o máquinas de afeitar). No obstante estos convivientes, deben comenzar el esquema de vacunación lo antes posible.

Calendario Nacional de Vacunación (Argentina)

En Argentina, se inició la aplicación de la vacuna antihepatitis B en todos los Recién Nacidos, por resolución 940/00 del Ministerio de Salud, a partir del 1 º de noviembre del año 2000, como primer paso de una estrategia más amplia. La segunda etapa data de Marzo del 2003, en que se incluyeron los preadolescentes, al cumplir 11 años (junto con una dosis de Triple viral y la vacuna contra el papilomavirus en las niñas). Una tercera etapa, de vacunación universal, se incorporó a partir de agosto de 2012.

 Nota : Es obligatoria para los trabajadores de la salud por la Ley nacional Nº 24.151, desde 1992.

 Historia de su incorporación al calendario: Ya en el Consenso Nacional de Vacunas de Mayo de 1994, realizado en la Sociedad Argentina de Pediatría, se concluía con respecto a esta vacuna:

a) Realizar pesquisa de portación en embarazadas, especialmente en grupos de riesgo, con detección en sangre del antígeno de superficie para la Hepatitis B (HBsAg) y la cobertura de estos estudios por la seguridad social (por ley). En la actualidad hay Municipios que han adoptado este control.

b) Vacunación a RN de madres HBsAg+ con esquema 0-1-6 meses, con o sin HBIG.

c) Vacunación de grupos de riesgo sin pesquisa previa.

d) Vacunación en accidentes con material aparentemente contaminado, asociado preferentemente a Inmunoglobulina específica para hepatitis B (HBIG).



                                                ANTITETÀNICA

Agente inmunizante: está compuesta por toxoide tetánico inactivado con formol. En muchos países, esta vacuna se aplica de rutina combinada con la antidiftérica (dT) -según indicaciones de la OMS- debido a la reaparición de la difteria. Por otra parte, también se presenta en forma individual. Luego de su administración, mantiene efecto protector durante 10 años, por lo que debe ser renovada luego de ese tiempo (para mayores detalles, verVacuna Doble o Triple bacteriana).

Indicaciones

En la mayoría de los países, comienza a aplicarse desde los 2 meses de edad en adelante, con distintos esquemas supeditados a la realidad epidemiológica. Algunos grupos de riesgo, pueden disminuir el tiempo de espera entre refuerzos. 

Luego de la vacunación primaria con 3 dosis de toxoide adsorbido, los títulos protectores de antitoxinas, permanecen por 5 o más años. Luego de una ó más dosis de refuerzo; estos anticuerpos se mantienen por 10 años. En la práctica, la vacunación ha demostrado una eficacia superior al 99% y en algunos estudios clínicos, una eficacia del 100% en la prevención del tétanos neonatal. 

Grupos prioritarios:

 Embarazadas.
 Amas de casa.
 Trabajadores manuales y rurales.
 Alumnos de escuelas técnicas.
 Equipo de salud.
 Pacientes hospitalizados (según antecedentes).
 Preoperatorio programado (con o sin aplicación simultánea de Gamma Globulina Antitetánica, según tipo de cirugía).
 Tercera edad.
 Enfermos de tétanos, luego de la convalescencia (la enfermedad no deja inmunidad).

Esquemas

Esquema básico

Incluida en distintos países como vacuna Triple, Cuádruple o Quíntuple (asociada a antidiftérica y anticoqueluchosa en el primer caso; más antihaemophilus en el segundo; más antihepatitis B o antipolio en el tercero); a los 2, 4 y 6 meses de vida, con un refuerzo a los 12 meses de la última dosis. Este esquema, de no ser cumplido en fecha, no debe reiniciarse sino ser completado cronológicamente. 

Refuerzos 

Difieren en los distintos países (ver Calendarios de Vacunación). Es importante recordar que una vez cumplido con el esquema básico, debe hacerse una dosis de refuerzo cada 10 años; en su forma aislada o con vacuna Doble, preferentemente. Las embarazadas deben vacunarse como esquema básico a partir del 1er. contacto con el equipo de salud, independientemente de la edad gestacional (no se han demostrado efectos teratogénicos del toxoide tetánico). En áreas de alta endemia, el esquema de vacunación con 2 dosis es menester que sea aplicado a todas las mujeres en edad fértil, seguido de 1 dosis de refuerzo, 6 ó 12 meses después de la 2º dosis (en este caso, la vacunación anterior con DPT no elimina la necesidad de administrar dos dosis durante la 1º gestación. (Prevención del Tétanos Neonatal). 

Normativas: La aplicación de la vacuna antitetánica en forma aislada o en su combinación con la antidiftérica, sigue una norma establecida y su renovación periódica depende de las dosis recibidas previamente:

1) Personas con antecedentes de 3 o más dosis aplicadas anteriormente (sin tener en cuenta la edad): solamente deben aplicarse 1 dosis cada 10 años (de por vida). En algunos casos de heridas graves (profundas, contaminadas con suciedad, heces, tierra y/o saliva; punzantes; con tejidos desvitalizados; grandes quemaduras; fracturas expuestas) debe aplicarse un refuerzo de la vacuna.

Las mujeres que han recibido vacuna antitetánica o doble durante sus embarazos, pueden contarlas como válidas y revacunarse cada 10 años, a partir de la última dosis.

2) Personas sanas no vacunadas o que no recuerdan su estado de vacunación previo, deben cumplir el esquema básico: una primera dosis; una segunda dosis a los 30 días, y un refuerzo al año de la segunda aplicación. Luego un refuerzo cada 10 años, de por vida.

3) Personas con heridas como las descriptas anteriormente, no vacunadas o que no recuerdan su estado de vacunación previo, deben ser protegidas con Gamma Globulina Antitetánica y vacuna simultáneamente, completando luego el esquema básico con la segunda dosis al mes y el refuerzo al año. Por supuesto deben continuar con el refuerzo cada 10 años.

 Nota: La Gamma Globulina Antitetánica y la vacuna, no deben ser mezcladas en la misma jeringa; ni tampoco aplicadas en el mismo sitio. Sí deben ser aplicadas en forma simultánea.

Efectos Colaterales

Las locales son leves y se manifiestan como tumefacción, eritema y dolor. Las generales son raras: fiebre moderada y/o malestar general.

Contraindicaciones

Reacción alérgica severa a algún componente de la vacuna o luego de una dosis previa. Las afecciones leves, tales como el resfrío común, no constituyen una contraindicación. 

* Debe evaluarse la continuación del esquema, de presentarse un Síndrome de Guillain Barré hasta 6 semanas posteriores a una dosis.

Presentaciones

La vacuna antitetánica está incluida en las siguientes combinaciones: vacuna Triple bacteriana celular (DPT) o acelular (DTaP): antitetánica, anticoqueluchosa y antidiftérica; de aplicación hasta los 6 años inclusive; y vacuna Doble (dT), antitetánica y antidiftérica, de aplicación desde los 7 años en adelante. 

También se encuentra incluida en las vacunas Cuádruple (triple bacteriana + antihaemophilus); Quíntuple o Pentavalente: triple bacteriana, antihaemophilus y PVI o triple bacteriana, antihaemophilus y antihepatitis B y Séxtuple o Hexavalente (triple bacteriana + antihaemophilus + antihepatitis B + PVI). En los refuerzos cada 10 años, debe usarse la vacuna Doble. No existen contraindicaciones para la aplicación de esta vacuna (aún en embarazadas depués del quinto mes de gestación).

Calendario Nacional de Vacunación (Argentina)

La vacuna antitetánica no se presenta actualmente en forma aislada (en el ámbito oficial), sino incluida en las Cuádruple, Quíntuple, Triple Bacteriana (DPT), Triple bacteriana acelular (DTaP) o Doble bacteriana (dT), en presentación multidosis.

Esquema básico 

1) Como Vacuna Quíntuple (asociada a antidiftérica, anticoqueluchosa, antihaemophilus y antihepatitis B), a los 2, 4 y 6 meses de vida (incorporada al calendario desde 2009).

2) Como Vacuna Cuádruple (asociada a antidiftérica, anticoqueluchosa y antihaemophilus), como refuerzo a los 18 meses o 12 meses de la última dosis de cuádruple. Este esquema, sumado al anterior, de no ser cumplido estrictamente, no debe reiniciarse sino ser completado.

3) Ingreso Escolar: se aplica la vacuna Triple bacteriana (DPT) hasta los los 6 años inclusive. De aplicarse luego de cumplidos los 7 años debe utilizarse la vacuna Doble.

4) A los 16 años, un nuevo refuerzo (Doble = dT); en ocasión de la tramitación del Documento Nacional de Identidad.

5) Refuerzos cada 10 años con vacuna Doble (Doble = dT).

6) Embarazadas: deben vacunarse con Doble a partir del 5.o mes o antes si la situación epidemiológica así lo indicara.

 La Argentina ha adherido desde 1993, al plan de erradicación del Tétanos neonatal propuesto por la Organización Panamericana de la Salud. 

              VACUNA PNEUMO 23


 1. Qué es PNEUMO 23 y para qué se utiliza

PNEUMO 23 es una vacuna antineumocócica. Las vacunas se usan para protegerle a usted o a su hijo frente a enfermedades infecciosas. La protección adquirida aparece transcurridas de 2 a 3 semanas después de la vacunación.

PNEUMO 23 está indicada para prevenir neumonías neumocócicas e infecciones generalizadas causadas por el neumococo, a partir de los 2 años de edad si usted o su hijo están incluidos en los siguientes grupos de riesgo:

- Pacientes con una enfermedad crónica ( por ejemplo enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar, diabetes mellitus, alcoholismo, cirrosis).

- Pacientes con disminución de las defensas: ausencia de bazo o cuyo bazo no funciona, anemia falciforme, enfermedad de Hodgkin,

linfoma, mieloma múltiple, insuficiencia renal crónica, síndrome nefrótico y trasplante de órganos.

- Pacientes con infección por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) con o sin síntomas.

- Pacientes con pérdida de fluido cerebroespinal.

Grupos especiales: personas que viven en un entorno social o laboral con un riesgo incrementado identificado de infección neumocócica y sus complicaciones (por ejemplo, ancianos hospitalizados o personas en instituciones de la tercera edad).

Debe señalarse que esta vacunación no está indicada en sujetos que hayan padecido infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior , particularmente del oído (otitis media) o de los senos nasales (sinusitis).

Menu 2. Antes de usar PNEUMO 23

No use PNEUMO 23

� si es alérgico (hipersensible) a los principios activos o a cualquiera de los demás componentes de Pneumo 23.
� La vacunación debe ser pospuesta en el caso de enfermedad aguda o febril

Tenga especial cuidado con PNEUMO 23

� Si tiene programada una extirpación del bazo, el inicio de quimioterapia o un tratamiento que pueda comprometer a sus defensas (tratamiento inmunosupresor). En estos casos la vacuna debe administrarse como mínimo dos semanas antes.
� Si está en tratamiento con inmunosupresores. En estos casos la inmunogenicidad de Pneumo 23 podría reducirse y, por lo tanto, se recomienda posponer la vacunación hasta el final de la inmunosupresión. No obstante, la vacunación de un sujeto con inmunodeficiencia crónica tal como infección por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) se recomienda incluso si la respuesta de anticuerpos es limitada.

� Si ha tenido sospecha o infección neumocócica confirmada. En estos casos la vacunación no está contraindicada y debe
considerarse.
� Si ha recibido vacuna antineumocócica en los tres años anteriores.
Pneumo 23 no se recomienda generalmente en estas personas a menos que exista una razón específica para considerar la revacunación.
- Los sujetos deben revacunarse estrictamente de acuerdo con el apartado 3.
� Si usted padece algún trastorno sanguíneo (como hemofilia o trombocitopenia) o recibe tratamiento anticoagulante.
La inyección intramuscular de Pneumo 23 puede causar hematoma (cardenal) en el lugar de inyección. Por ello, en estas personas Pneumo 23 no debe administrarse por vía intramuscular a menos que los potenciales beneficios superen el riesgo de la administración. Si se decide realizar la administración de Pneumo 23 en estas personas, debe administrarse con precaución y tomando las medidas necesarias para evitar el riesgo de hematoma tras la inyección.
� Si usted o su hijo han sufrido una reacción grave dentro de las 48 horas siguientes a una inyección previa con una vacuna
conteniendo componentes similares. En estos casos el tratamiento debe considerarse cuidadosamente.
Antes de la inyección de cualquier producto biológico, la persona responsable de la administración debe tomar todas las precauciones conocidas para la prevención de reacciones alérgicas o cualquier otra reacción.
Informe a su médico si ha sufrido algún problema después de la administración de alguna vacuna.

Uso de otros medicamentos

Informe a su médico o farmacéutico si está utilizando o ha utilizando recientemente otros medicamentos, incluso los adquiridos
sin receta.
PNEUMO 23 puede administrarse simultáneamente con otras vacunas, en diferentes lugares de inyección (particularmente con la vacuna de la gripe y con las vacunas utilizadas para la vacunación infantil rutinaria).

Embarazo y lactancia

Consulte a su médico o farmacéutico antes de utilizar cualquier medicamento. No está recomendada la administración de la vacuna durante el embarazo.
Pneumo 23 debe administrarse a mujeres embarazadas si es realmente necesario y siguiendo una evaluación de los riesgos y
beneficios.
No se conoce si esta vacuna se excreta en la leche humana. Se debe tener precaución cuando se administra Pneumo 23 a mujeres lactantes.

Conducción y uso de máquinas

No se han realizado estudios de los efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas.

Menu 3. Cómo usar PNEUMO 23

Siga exactamente las instrucciones de administración de Pneumo 23 indicadas por su médico. Consulte a su médico o farmacéutico si tiene dudas.

La vía de administración es preferentemente intramuscular (i.m.), aunque puede utilizarse la vía subcutánea (s.c.). PNEUMO 23 no debe administrarse por vía intravascular, debiendo asegurarse que la aguja no penetra en ningún vaso
sanguíneo.

Menu 4. Posibles efectos adversos

Al igual que todos los medicamentos, Pneumo 23 puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
Basándose en notificaciones espontáneas, se han notificado los siguientes acontecimientos adversos durante el uso comercial de Pneumo 23. Estos acontecimientos se han notificado muy raramente (<0,01%), sin embargo la tasa de incidencia exacta no puede calcularse con precisión. Dentro de estos acontecimientos adversos notificados muy raramente, aquellos que se notificaron con mayor frecuencia fueron fiebre y reacciones en el lugar de inyección.

Trastornos de la sangre y del sistema linfático

� Linfadenopatía (afección de los ganglios o del tejido linfático).

Trastornos del sistema nervioso

- Cefalea (dolor de cabeza).
- Convulsiones febriles.

Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo

� Erupción, urticaria (ronchas inflamadas en la piel).

Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo

- Mialgia (dolor muscular), artralgia (dolor de las articulaciones).

Infecciones e infestaciones

� Celulitis en el lugar de inyección.

Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración

� Reacciones en el lugar de inyección tales como dolor, eritema (enrojecimiento), induración (endurecimiento) y edema (hinchazón). Estas reacciones locales son generalmente leves y transitorias. También se ha notificado edema periférico en la extremidad inyectada.
� Pirexia (fiebre): episodios febriles de intensidad generalmente moderada aparecen pronto tras la vacunación. Éstos se
resuelven en 24 horas. Se ha notificado fiebre >39 ºC.
- Astenia (falta de fuerzas), fatiga, malestar.

Trastornos del sistema inmunológico

� Reacciones de tipo Arthus. Estas reacciones son reversibles y sin secuelas y es más probable que ocurran en personas con altos niveles iniciales de anticuerpos frente a polisacáridos neumocócicos.
� Reacción anafilactoide (reacción alérgica).
Si considera que alguno de los efectos adversos que sufre es grave o si aprecia cualquier efecto adverso no mencionado en este
prospecto, informe a su médico o farmacéutico.

Menu 5. Conservación de PNEUMO 23

Mantener fuera del alcance y de la vista de los niños.
Conservar en nevera (entre 2ºC y 8ºC). No congelar.
No utilice PNEUMO 23 después de la fecha de caducidad que aparece en el envase después de EXP/CAD. La fecha de caducidad es el último día del mes que se indica.
Los medicamentos no se deben tirar por los desagües ni a la basura. Pregunte a su farmacéutico cómo deshacerse de los envases y de los medicamentos que no necesita. De esta forma ayudará a proteger el medio ambiente.

Aspecto del producto y contenido del envase

Pneumo 23 es un líquido transparente e incoloro.
Pneumo 23 es una solución inyectable en jeringa precargada de dosis única de 0,5 ml de vacuna. Envases de 1, 5 y 20 jeringas
precargadas.



Avda.Mariano Moreno y Avda. Illia-CATAMARCA-ARGENTINA